¿Cuál es la diferencia entre estrategia y táctica?
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Estrategia y táctica. En las conversaciones cotidianas, estos términos suelen utilizarse indistintamente para describir cómo ganar en los deportes, la guerra o los negocios.
Pero una vez que se analiza más detenidamente la estrategia frente a la táctica, resulta más fácil comprender sus similitudes y diferencias. Ambas son clave para ayudar a tu empresa a seguir mejor su progreso y alcanzar el éxito.
¿Cuál es la diferencia entre estrategia vs. táctica?
Una forma fácil y práctica de entender la diferencia entre estrategia y táctica es la siguiente:
Una empresa y sus empleados deben pensar de manera estratégica y luego actuar tácticamente.
Estas son otras distinciones entre estrategia empresarial y táctica:
- Estrategia: un plan para alcanzar un objetivo es una estrategia. Táctica: las acciones que se llevan a cabo para lograr ese objetivo.
- Estrategia: difícil de cambiar una vez que se ha puesto en marcha. Táctica: fácil de ajustar en función de las circunstancias cambiantes.
- La estrategia define la táctica y no al revés.
Estrategia vs. táctica: ¿cómo se relacionan?
A pesar de la evidente diferencia entre estrategia y táctica, también son muy complementarias entre sí. La capacidad de una organización para poner en marcha una estrategia de éxito depende de usar las tácticas adecuadas para conseguirla. Por el contrario, sin la estrategia adecuada, una empresa tendrá dificultades para desarrollar tácticas que resulten exitosas o procesables.
La estrategia es lo que pone a una empresa en la dirección correcta. Las tácticas definen cómo se llega a esta. En esta relación, la táctica no puede existir sin la estrategia. Y una estrategia empresarial no se concreta sin la táctica.
¿Qué es una estrategia empresarial?
Piensa en la estrategia como un método, un enfoque o una serie de movimientos para llegar a un resultado específico, un objetivo a largo plazo o un resultado deseado. La planificación estratégica ofrece una base para orientar las decisiones clave que toman las personas o los equipos de una organización.
Independientemente del tipo de empresa o industria, la planificación estratégica opera a un nivel bastante alto. Por ello, las estrategias acaban afectando a casi todos los aspectos de una empresa, incluso a áreas del negocio que, en principio, podrían parecer no relacionadas con la estrategia original.
Estas son cinco facetas fundamentales de la estrategia empresarial.
1. Ventaja competitiva
Cuando tu planificación estratégica revela formas de diferenciar mejor tu producto o servicio entre sus rivales, tu empresa ha descubierto su ventaja competitiva. Puede ser algo tan básico como ofrecer a los clientes el precio más bajo posible o simplemente ser la única opción disponible en tu mercado.
Para mantener una ventaja competitiva viable, las empresas deben adaptar constantemente sus estrategias.
Cuando surgen nuevos competidores o los consumidores exploran otras alternativas, tu organización tiene que ofrecer más ventajas o un servicio superior para justificar su precio. Intenta realizar un análisis DAFO para revisar tus fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas en relación con el panorama competitivo.
2. Asignación de recursos de alto nivel
¿En qué debe enfocar tu organización la mayor parte de su tiempo, energía y recursos para garantizar el mejor retorno sobre la inversión? ¿Qué tareas o actividades deben priorizar tus empleados o equipos a lo largo de la semana?
La planificación estratégica ayuda a las empresas a determinar la asignación de recursos de alto nivel que mejor funciona.
La asignación de recursos de más alto nivel es lo que te permite aprovechar al máximo los recursos que tienes a tu disposición. Entonces, ¿qué estrategias de empresa puedes utilizar para maximizar tus activos y tu capital?
- Determina el alcance de tu proyecto: antes de asignar los recursos, tu estrategia debe tener en cuenta si tu proyecto es grande o pequeño o el tiempo que tardará en completarse.
- Identifica los recursos disponibles: la planificación estratégica también ayudará a determinar cuántos empleados, cuánto espacio y qué otros recursos están disponibles (o son necesarios) para proceder.
- Considera siempre el panorama general: ninguna estrategia es perfecta. La planificación estratégica también implica estar conscientes constantemente del estado cambiante de los recursos y de las prioridades cambiantes del proyecto.
- Prepara un plan de contingencia: la dependencia excesiva del capital humano y los recursos puede hacer que cualquier proyecto se desvíe rápidamente. Una buena estrategia empresarial debe ofrecer opciones para situaciones hipotéticas.
Tu planificación estratégica no solo informa en qué debe enfocar tu organización su atención, sino en qué debe evitar la pérdida de tiempo, recursos o dinero. Las estrategias sólidas proporcionan un conjunto claro de opciones.
3. Visión y objetivos específicos a largo plazo
Una estrategia que no trabaje hacia una visión u objetivo específico no es más que un deseo o una aspiración. Esta es otra diferencia entre estrategia y táctica.
Cada aspecto de una estrategia integrada debe contribuir activamente a la visión a largo plazo de tu empresa. Y si algo no ayuda a tu organización a alcanzar los objetivos trazados en tu planificación estratégica, no permitas que te quite tiempo o recursos de tu equipo.
Aquí es donde la estrategia, y no la táctica, ayuda a comunicar mejor la dirección al equipo. Al incluir la previsión en tu planificación estratégica, los objetivos se alinean mejor con las estrategias.
4. Mercados, audiencias y productos
El desarrollo de un nuevo producto o la presentación de un servicio inédito es solo una pieza del rompecabezas. La planificación táctica puede mostrar a tu empresa cómo llegar a un público y venderle lo que ofreces. Pero es la planificación estratégica la que informa acerca de quién y dónde está ese público.
Esta parte de la estrategia táctica de una empresa incluye un estudio de mercado sobre tendencias, competidores y hábitos de consumo. También incluye los factores internos y externos que afectan las decisiones de compra y la orientación del público.
También es importante crear usuarios tipo que examinen sus puntos de dolor y su ruta hacia la decisión de compra. Todo ello se combina para mostrar cómo la estrategia define qué mercados perseguir, qué audiencias persuadir y qué productos promocionar.
5. Posicionamiento de la marca
¿Cómo vas a diferenciar tus productos y servicios en un mercado competitivo? ¿Qué lugar ocupa tu marca en la conciencia colectiva de los consumidores? Aquí es donde tu estrategia de posicionamiento de marca entra en juego, ayudando a la gente a reconocer, favorecer y conectar rápidamente con tu empresa.
En el manual de planificación estratégica, el posicionamiento de la marca se presenta como una declaración. Incluye una descripción de tu público objetivo y de cómo prefieres que los clientes perciban la marca.
Una estrategia de posicionamiento de la marca comienza con la investigación, no con la táctica. Investiga quiénes son tus clientes, conoce a fondo sus necesidades y tómate el tiempo de investigar cómo tus competidores están posicionando y diferenciando sus propias marcas de las tuyas.
La planificación estratégica de la historia de tu marca es fundamental. Es a través de esta que los clientes sabrán en qué crees como empresa y qué puntos de dolor resuelve tu producto o servicio. Esta estrategia se refleja en el tono de voz y los mensajes utilizados en la prensa, la web y las redes sociales, entre otros.
¿Qué son las tácticas?
Las tácticas son las actividades o acciones específicas que realiza una organización para cumplir sus objetivos estratégicos. Estas acciones pueden ser una o varias tareas. Cuando se compara la estrategia con la táctica, se observa que la táctica está más fundamentada que la estrategia con las prácticas recomendadas y los planes específicos.
Algunas organizaciones pueden referirse a sus tácticas como iniciativas estratégicas. Impulsadas por un propósito, las tácticas se completan dentro de un plazo limitado e implican actividades que hay que terminar y efectos que hay que medir. Estas acciones a corto plazo pueden ayudar a una empresa a alcanzar sus objetivos estratégicos más amplios.
Cómo medir la estrategia frente a la táctica
Por sí solas, las mediciones de las tácticas no son una indicación clara del éxito (o fracaso) de la estrategia de una organización. Son la propia estrategia y sus objetivos los que informan los KPI o indicadores clave de rendimiento de una empresa. La medición de los KPI puede ayudarte a determinar el éxito de tus estrategias.
Las tácticas pueden medirse en función de su costo, de su oportunidad o de su adecuación a las estrategias que deben cumplir. Al evaluar la estrategia frente a la táctica, recuerda siempre que funcionan juntas como un medio para que una organización alcance sus objetivos de la forma más eficiente posible.
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